·Una copa o recipiente de barro, cerámica o cristal.
·Nuestras joyas, talismanes u otros objetos personales similares
·Conchas y piedras de río o mar (yo siempre prefiero las de mar, pero ambas sirven)
·Agua limpia
·Sal marina (sal gruesa)
Para comenzar el ritual debemos disponer nuestro cuenco o copa en un lugar donde pueda recibir luz de luna directamente durante toda la noche.
Al atardecer, cuando ya apenas haya luz y veamos las primeras estrellas podremos colocar las joyas o talismanes, las piedras y las conchas dentro del recipiente elegido y llenarlo de agua, añadimos con cuidado la sal y lo dejamos toda la noche.
En este proceso, como en todos los procesos rituales, me gusta personalmente repetir algún tipo de mantra u oración como podría ser en este caso:
"Llamo a las energías positivas, a la luz, a los ángeles, a los protectores para que cuiden mi hogar y a mi familia y me deshago de toda carga negativa en esta noche."
En las primeras horas de la mañana, antes de que el sol pueda calentar el agua o malograr nuestros objetos debemos retirarlos y habremos obtenido lo siguiente:
·Nuestras joyas o talismanes estarán limpios de toda energía negativa.
Las conchas y piedras estarán purificadas y podremos usarlas en otros rituales (de amor o protección)
El agua de este proceso, embotellada en un recipiente de vidrio bien limpio nos servirá para purificar nuestro hogar además de poder usar un poco junto al agua de fregado o para tomar un baño.
Como ven, este sencillísimo ritual tiene multitud de usos y beneficios, y podemos repetirlo cada noche de San Juan.